Este Artículo de Opinión fue uno de los últimos que realizó el destacado periodista, poeta, actor, locutor y cantante Carlos Kutscher Parra, hijo Ilustre de Valparaíso, antes de su fallecimiento, a la edad de 97 años, en Olmué.
Refleja su altura de pensamiento y su tranquilidad frente a un acontecimiento que todos, en algún momento de nuestra existencia, experimentaremos: la muerte…
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«Para algunos, la muerte es algo completamente normal. Pero para otros es algo que ni siquiera en conversaciones les gusta escuchar… Sabemos que la vida no la tenemos comprada y así como Dios nos dio la oportunidad de vivirla y disfrutarla junto a nuestros seres queridos, en algún momento que no se puede sospechar nos espera la pelá, la huesuda, la sin diente, como comúnmente se le llama a la muerte.
Creo que no es tanto el temor que tenemos de dejar este mundo sino el de no haber tenido el tiempo suficiente para demostrar nuestro cariño, ver crecer a nuestros hijos, que lleguen a ser profesionales, tener la oportunidad de disfrutar de nuestros nietos y, sobre todo, no desear que sufran nuestros seres queridos por nuestra partida.
Lo malo es que antes que te prepares para enfrentarla con valentía la muerte te hace tus cosquillitas visitando a un amigo, a un vecino, a un pariente para que jamás uno se olvide que ella siempre está ahí invitada a la mesa… y por eso el Señor nos dice que tenemos que tener las maletas preparadas porque ella llega en cualquier instante.
Una abuelita, llamada Chepita, siempre le tuvo terror a la muerte… Decía «no me hablen de eso que me enfermo».
Le aquejaba una delicada enfermedad y la familia muy preocupada decidió que la visitara un sacerdote para que la reconfortara. Ese día, la familia estaba muy nerviosa por la reacción de la abuelita. Sin embargo, el curita salió de su dormitorio sorprendido porque fue ella- la abuelita- la que calmó la situación. Chepita le dijo «no se preocupe padre, yo estoy preparada ahora para irme al lado de mi Dios, lo siento en el aire, es como una fuerza que tengo aqui dentro de mi corazón, ya no tengo temor…»
La señora Chepita siempre fue muy creyente, devota de su Sagrado Corazón y su reacción nos demuestra que con fe se puede enfrentar cualquiera situación por muy dificil que sea.
Por eso valore cada instante de cada día, cada momento es un preciado don. Prepárese con fe para el instante en que Dios nos llamará y si alberga en su corazón enojo o algún otro sentimiento negativo haga una oración, pidale a Dios que lo libre de ese disgusto. El creyente nunca está solo, el Señor está siempre a nuestro lado para hablarnos al corazón, para protegernos, para guiarnos y para hacernos apreciar en esta vida y mejor en la otra el lado bueno de las cosas…
Carlos Kutscher Parra
Periodista, poeta, actor, locutor y cantante, Hijo Ilustre de Valparaíso.