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Como lo hemos expuesto en esta misma columna a través de artículos anteriores, el objetivo de éstos ha sido pretender ser un aporte al conocimiento del acto escritural, puesto que, en esta realización y, más aun, en el acto de firmar diversos y variados documentos, como parte del devenir diario y recurrente de cada ciudadano, se fundamenta la trascendencia de esta acción escrituraria.

En este contexto, en mi último artículo, de esta misma columna, exponía: “… el estudio y análisis de la firma conlleva también la identidad y la impronta personal frente a un contrato de trabajo, ante un documento legal o privado y, en consecuencia, la búsqueda de la autenticidad o falsedad de la firma, según se necesite determinar, es fundamental. Esta es temática de nuestra próxima columna. Consejos para las personas, instituciones, empresas donde la firmas manuscritas constituyen el eje contratos y responsabilidades legales”.

En primer término, para cumplir con lo expuesto, es importante consignar que la ejecución de la firma en cualquier documento, constituye un acto de responsabilidad; por tanto, uno de los primeros consejos es leer detalladamente cualquier escrito donde estampemos nuestra firma. Junto a ello, es importante tener en consideración lo importante que es ese acto de estampar nuestra identidad gráfica. Por ende, nuestra firma debe tener algunos elementos de seguridad y de prevención que nos posibilite distinguirla ante cualquier manipulación o imitación.

Decíamos, también, que cada persona se refleja en su firma. Es una impronta de identidad; por ello, nuestro consejo es, en lo posible, que sea estructurada en base a nombre y apellidos. Si le va a agregar rúbrica, que ésta sea lo más simple posible y que no cubra el nombre ni los apellidos. Lo ideal es una rúbrica recta en la base de la firma, realizada de izquierda a derecha. Firmas estructuradas de esta manera, son muy difícil de imitar servilmente. En cambio, las firmas impersonales, con diversos trazados rectos, curvos y embrollados, presentan más posibilidades de ser imitados y recreados, siendo más fácil de ser confundida con la auténtica.

Otro elemento a considerar es la posición espacial que adopta la firma. Lo frecuente es que sea horizontal. Nuestro consejo es que sea levemente ascendente, puesto que eso permite ser un obstáculo para los falsificadores y, además, en lo que respecta a los niveles sicogestuales, el plano ascendente en la firma revela optimismo, acopio de energía, anhelos de superación que nacen desde el “yo íntimo” como una forma de verse a sí mismo.

Esto influye en el “yo social”, reflejado en la escritura, aspecto determinante para la superación personal, profesional y familiar, factor trascendente dentro de la concepción grafológica. En consecuencia, rediseñar la firma en aras de lo planteado es una forma de reformular los enfoques personales y, también, una manera de prevención ante una posible falsificación de firma.

Con respecto a las empresas, fábricas e instituciones de diverso orden, que contratan personas o que mantengan alguna relación laboral, es importante tener la firma del trabajador, tanto en el contrato como en diversos documentos legales. Se sugiere que haya, al menos, unas tres firmas en diversos documentos coetáneos, lo cual permitirá un mejor estudio pericial en caso de cuestionamiento de autenticidad de la firma. También como consejo y, ante las firmas impersonales y simbólicas, se recomienda que al realizar estas firmas, la persona escriba bajo la firma, su nombre y sus dos apellidos más el número de su cédula de identidad. Todo ello, con el propósito de tener mayores antecedentes grafoescriturales ante delitos de falsificación e imitación de firmas o de negación de éstas mismas.

De todo lo anteriormente expuesto, es trascendente enfatizar que la escritura revela nuestra realidad interior inserta en la personalidad, en el temperamento y en el carácter, mientras que la firma manifiesta nuestra realidad personal, íntima e intransferible, como complemento a los niveles escriturales, todo lo cual se acrisola en la rúbrica, si es que la posee. Ambos movimientos grafocinéticos son una impronta adquirida a nivel inconsciente. En síntesis, las recomendaciones precedentes pretenden ser un aporte al conocimiento de la dinámica escritural y una instancia de prevención ante delitos de falsificación de firmas.

JULIO GERMÁN DÍAZ TAPIA
Profesor de Lenguaje y Comunicación PUCV
Profesor de Grafología y Documentología UST, USM
Perito Judicial Calígrafo y Documental
juliogdiaz@gmail.com