A nivel global, los estudios recientes sobre el futuro laboral resultan, por decir lo menos, desconcertantes para los trabajadores.
En junio de 2015 el Comité para el Desarrollo Económico de Australia (CEDA) dio a conocer el informe “Australia’sFutureWorkforce” concluyendo que en los próximos 10 ó 15 años aproximadamente cinco millones de empleados serían despedidos de sus trabajos por la automatización de los mismos.
Un tiempo antes, a finales de 2013 Frey y Osborne, dos profesores de la Universidad de Oxford, habían publicado el estudio “TheFuture of Employment” en el que señalaban que el 47% de los empleos que hoy existen tal y como los conocemos van a desaparecer en un plazo de 20 años, a raíz de la informatización y robotización de los procesos de trabajo. A ello cabe agregar que de acuerdo a un reporte de The Boston ConsultingGroup -de septiembre de 2015- en la actualidad hay en uso cerca de 1,4 millones de robots industriales en el mundo y de acuerdo a sus proyecciones, la venta de ellos -que a 2014 fue de 200 mil unidades- saltó a más de 500 mil el pasado año 2015.
Pues bien, ya es sabido que la minería es uno de los sectores industriales que más se ha sofisticado en los últimos años gracias al uso de alta tecnología y a la incorporación de las innovaciones más avanzadas las que le han permitido reducir costos y mejorar eficiencia.
Pero no tan solo eso, los robots también han posibilitado trabajar en entornos peligrosos con altos estándares de seguridad. Por ejemplo, los operarios cuentan con equipos que pueden ser manipulados remotamente sin necesidad de acercarse a la zona de riesgo, así como también, gracias a su capacidad para mapear y monitorear grandes espacios, ya sea bajo tierra, agua, y desde el aire los robots están permitiendo recoger valiosa información para las operaciones mineras y (o) de fundición, ya que, entre otras cosas permiten vigilar la contaminación del medio ambiente.
Cómo no mencionar además que han permitido optimizar las cadenas de producción a través de sistemas de control de procesos integrados que han ido en directo beneficio de sus clientes. Dicho lo anterior, para mencionar solamente algunos de los beneficios que han aportado hasta la fecha, los que sin duda seguirán aumentando tanto en cantidad como en calidad y eficiencia.
Cabe entonces preguntarse ¿qué le depara el futuro a este rubro?, ¿estamos acaso viendo el fin de las ocupaciones en minería puesto que, los trabajadores están siendo remplazados por robots y ordenadores?
A nuestro juicio afirmamos que ello no va a ocurrir ya que la robótica y la automatización de las operaciones de minería no eliminan puestos de trabajo, sino que cambian la naturaleza de los mismos. Con ello queremos decir que la tecnología minera está cambiando la forma en que trabajamos y que debemos estar preparados para asumir nuevas funciones y pensar en las calificaciones que requerirán los encargados del manejo de las nuevas tecnologías
La minería digital llegó para quedarse, por eso hacer las transformaciones para adaptarse a ellas es vital para el éxito futuro y solamente las empresas que inviertan en ellas podrán enfrentar el futuro sacando cuentas alegres.
Marco Berdichevsky, Vicepresidente de Recursos Humanos de Finning Sudamérica