Un proyecto desarrollado por académicos del Centro Docente y de Vinculación de la Universidad Arturo Prat, que se levantó con aportes del Gobierno Regional, a través del Fondo de Innovación a la Competitividad (FIC), por $180 millones.
TRUCHAS
“Cultivo de Truchas Arcoíris en Sistemas de Recirculación, como Alternativa Sustentable y de Desarrollo Productivo Para la Comunidad Pre Cordillerana de la Región de Arica y Parinacota”, es el proyecto desarrollado por académicos del Centro Docente y de Vinculación de la Universidad Arturo Prat y que se levantó con aportes del Gobierno Regional, a través del Fondo de Innovación a la Competitividad (FIC) por $180 millones.
La directora del Centro Docente y de Vinculación de Arica, María Adela Fernández, expresó que se trata de un proyecto más de la UNAP y su vinculación con el desarrollo de esta región y en este caso de la localidad de Copaquilla, en la provincia de Parinacota.
“Nos enorgullece desarrollar estas iniciativas que van en beneficio de localidades que requieren de un incentivo para elevar su calidad de vida. En este proyecto de cultivo de trucha arcoíris se vinculó a la comunidad, quienes se hicieron parte del proceso”, destacó Fernández.
Renzo Pepe, biólogo marino y encargado del proyecto de la UNAP dijo que, “la iniciativa tiene como beneficiarios a la Comunidad Indígena Pukara de Copaquilla, en la provincia de Parinacota, quienes se hicieron parte para levantar el proyecto que hoy está en su fase final con la etapa de engorda de la truchas, con pesos que van entre los 500 y 600 gramos”.
El profesional y magister en acuicultura resaltó que “se trata de un proyecto innovador que se convierte en una alternativa productiva, en este caso la acuicultura, puesto que el hecho de tener truchas cultivadas aquí ya se transforma en todo un hito regional”.
Pepe explicó que antes de instalar el proyecto, en el 2014, se realizó un análisis del agua de la zona. “En este los niveles de componente físico y químico del agua se encontraban dentro de los límites establecidos por la normativa nacional. Nosotros ocupamos agua de vertiente donde no hay ríos, ni lagunas, ni cuerpos de agua aledaños al cultivo, por lo que no existen riesgos de contaminación de las truchas en las aguas de la precordillera”, aclaró el biólogo marino de la UNAP.
Las truchas son cultivadas en seis estanques de 40 metros cúbicos cada uno y cuyos motores -para la generación de energía- son a través de la instalación de una pequeña planta foto voltaica en el mismo predio, donde se trabaja con los cultivos, que permite ahorrar los costes de energía convencional.
Renzo Pepe resaltó el trabajo que se está desarrollando, “donde hicimos parte a la comunidad de Copaquilla, quienes aportaron con los recursos humanos para desarrollarlo. Nosotros escogimos este lugar porque las truchas son de agua fría”, acotó.
Luego agregó que “es posible que haya una continuidad de la iniciativa este año a través de los fondos FIC 2016, con lo que esperamos adjudicarnos la segunda etapa, que contempla la reproducción de truchas y la consolidación del mercado. Aquí quiero agradecer la apuesta de los consejeros regionales que tuvieron la visión de aprobar el proyecto y al Gobierno Regional, como también a la directiva de comunidad de Copaquilla”.
Wilfredo Cataldo, vicepresidente de la Comunidad Indígena Pukara de Copaquilla, es uno de los residentes que está trabajando directamente con el equipo de la UNAP en las instalaciones que tiene en dicha localidad ubicada a unos 100 kilómetros utilizando la ruta 11 Ch.
“Para nosotros esto es una alternativa productiva. Aquí trabajamos en agricultura, que dura seis meses. Con los criaderos podemos estar trabajando todo el año y generar mayores ingresos, por lo que se presenta como un todo desarrollo para Copaquilla y sus habitantes”, manifestó.