Lo determinarán por medio de muestras de los peces de nuestras costas.

Determinar por medio de los peces cómo fue el comportamiento de los antiguos habitantes que vivieron en esta zona hace miles de años, es lo que pretenden determinar Bronwyn Gillanders, bióloga marina de la Universidad de Adelaida, en conjunto con Calogero Santoro, arqueólogo del Centro de Investigaciones del Hombre en el Desierto (CIHDE, proyecto regional de CONICYT).
Lo anterior sería posible debido a la comparación de los otolitos de los animales marinos que hoy nadan por nuestras costas y los vestigios de los mismos especímenes de miles de años que fueron encontrados en lugares como Camarones Punta Norte.
Sabiendo este dato se podría determinar si los animales han conservado la misma talla que en la actualidad o si han variado, precisamente dependiendo del tamaño se puede inferir si para cazarlos utilizaban redes o si ocuparon anzuelos (si son del mismo porte lo más probable es que utilizaban la primera opción, si son dispares la segunda).
El estudio se centra específicamente en la Sciaena deliciosa, más conocido como el Roncacho, que hace miles de año fue una de las especies más pescada, cuenta Gillanders, mientras “filetea” un ejemplar (ya lleva varias decenas), para luego sacarle las muestras necesarias para posteriormente procesarlas en su laboratorio.
Estos serán comparados con los más de 500 otolitos de Camarones Punta Norte, encontrados por el arqueólogo del CIHDE, Calogero Santoro y su equipo, en una de sus múltiples investigaciones, los que son fundamentales para obtener la información antes expresada.
“Es super importante, porque estos peces viven permanentemente ligados a factores climáticos que hace que abunden o disminuyan, pero eso recién lo estamos empezando a descubrir. Otra línea de desarrollo independiente, es que se puede estimar la salinidad y temperatura que había hace miles de años atrás en las aguas marinas costeras”, explicó Gillanders.
La australiana, que estuvo acompañada por su hijo (Zac Connell), también compartió con Susana Monsalve, bióloga de la Universidad de Concepción, quien comenzó a trabajar asociada con ella. Bronwyn, contenta con los primeros resultados obtenidos en esta, su primera presencia en Chile, además manifestó que le llamó la atención lo seco que es esta parte del continente.
Sobre la visita, Santoro expresó que para él es muy importante el trabajo interdisciplinario, ya que según su punto de vista aporta de manera importante a entender en qué condiciones vivían los antiguos pobladores de la costa del Desierto de Atacama.
“No es fácil, me ha costado muchísimo, pero me di cuenta lo importante de integrar distintos especialistas para mejor conocer qué fue lo que sucedió en el pasado. Yo creo que es fundamental, porque permite saber cómo se organizaba la gente seleccionando y gestionado los recursos naturales disponibles. Aunque no todo se explica por los cambios medio ambientales, estoy de acuerdo, no obstante que al cambiar las condiciones las sociedades deben reorganizarse, innovar en sus sistemas de vida”.