Los dominicanos intentaban esquivar el control migratorio de Chacalluta. Uno de ellos intentó sobornar con 50 dólares a un detective.
Siete dominicanos de entre 21 y 47 años, que se amparaban en la oscuridad de la noche para esquivar el control migratorio de Chacalluta y así entrar de forma ilegal a Chile, fueron interceptados por detectives Antinarcóticos de ese paso fronterizo.
Uno de los extranjeros fue detenido por el delito de cohecho luego de ofrecer, infructuosamente, 50 dólares americanos a un detective para continuar su camino a la ciudad de Arica.
Este intento de incursión clandestina en territorio nacional se registró poco antes de la medianoche del domingo, a la misma hora que varias personas regresaban de su viaje de fin de semana al Perú.
Una parte de los dominicanos fue detenida a escasos metros del complejo, mientras que la otra fracción fue cuando corría a esconderse en la oscuridad de la pampa, a un costado de la carretera Panamericana.
Fue uno de los integrantes de este último grupo, un joven de 21 años, el que intentó sobornar al policía que le había dado alcance. Sin embargo, su oferta no prosperó y terminó detenido, a disposición del Juzgado de Garantía de Arica.
Los demás extranjeros, entre ellos una mujer, fueron entregados a efectivos de Extranjería y Policía Internacional, para su inmediata devolución al Perú donde tenían registrado su ingreso en forma legal.
El grupo relató a la policía que había sido dejado muy cerca de la Línea de La Concordia por un vehículo tomado en la ciudad de Tacna.
Este caso se suma a la detención, la semana pasada, de un sujeto de nacionalidad peruana apodado el “Tío Martín”, quien facilitaba el ingreso ilegal de extranjeros a Chile, a través de esta misma frontera, delito tipificado como tráfico de migrantes.
Del año 2013 al 2016, solo en Arica la PDI detuvo a 46 individuos, la mayoría de nacionalidad peruana, por tráfico de migrantes.
En los últimos meses los detectives comenzaron a notar una mutación del ilícito, consistente en que muchos de los traficados cruzan solos el límite internacional Chile-Perú y no en compañía de los “coyotes” o guías encargados del ingreso fraudulento, quienes solo llegan hasta la frontera para evitar la detención policial.