La historia nacional da cuenta de los medios que se han empleado para llegar al estado actual de desarrollo económico que parece una aventura sin final, iniciada hace más de sesenta años. Para algunos el resultado es aceptable, para otros es muy bueno y para algunos es muy malo, según su concepto de desarrollo en relación con lo que a él le ha ocurrido, su nivel de satisfacción, etc. Estas dudas son consecuencia de que no ha habido autoridad aún, por capaz haya sido, que se propusiera una estrategia país que condujera al estado actual de desarrollo. Es decir, jamás se ha propuesto una estrategia con sus correspondientes escenarios posibles, su objetivo principal y los secundarios, con los recursos, los planes y los otros elementos que hubieran establecido los caminos para que el país llegara, en algún momento futuro, a lograr un desarrollo económico, social, político, tecnológico, ambiental y cultural como el que corresponde al de un país desarrollado.
Anteriormente hemos dado nuestra opinión sobre: (a) los beneficios de vivir en un país desarrollado y (b) sobre los escenarios que enfrentaría el país hacia el 2030 y sólo hay uno de ellos que conduciría al desarrollo económico.
En consultas realizadas a muchos distinguidos profesionales de diferentes especialidades, a ciudadanos y a grupos de personas se confirma que la mayoría de ellos sienten que como no se ha presentado esquemas para enfrentar con firmeza el desarrollo económico, tienen la obligación, el derecho y el deseo de proponer formas de evolución o desarrollo futuro, a su mejor saber y entender, y una de esas alternativas es la que se propone en los párrafos siguientes.
¿POR QUÉ EN CHILE SE HA PREFERIDO NO TENER UNA ESTRATEGIA PAÍS PARA LOGRAR SU DESARROLLO?
Le reconocemos varios beneficios a esta opción: (1) el mayor es que nadie ha tenido que pensar, estudiar, proponer, aplicar y controlar el laborioso trabajo de aunar y consensuar esfuerzos nacionales, proponer un objetivo principal y los objetivos relacionados y darse el largo trabajo profesional que este tipo de instrumento requiere, (2) así ningún ciudadano puede reclamar que determinados objetivos de largo plazo no se cumplieron, porque esos objetivos simplemente no existen y, por lo tanto nadie oficialmente ha tenido que verificarlos, ni responder por ellos (3) que cuando se dio nacimiento, por parte de diferentes gobiernos, de muy diferentes políticas e instituciones, en los campos de: exportaciones, constitución, potencia agroalimentaria, minería, salud, previsión social, educación, arte y cultura, fomento, vivienda, justicia, ambiente, siniestros y catástrofes, nadie se responsabilizó de señalar cuáles serían sus resultados y de qué manera apuntaban a cumplir un objetivo nacional, ni hubo preocupación por la coherencia entre sus diferentes objetivos sectoriales y mucho menos que, por ejemplo, las pensiones, la salud, la educación, etc., deberían llegar a determinados resultados de nivel aceptable y que esos resultados se controlarían para enmendar los rumbos si se desviaban, aparte de que cada avance tuviera un incremento en el ingreso del país (PIB) y en el desarrollo humano de su población (IDH).
Y así, si Ud. revisa su experiencia se encontrará, que, por ejemplo: (a) la infraestructura nacional de puertos, aeropuertos, carreteras, túneles y puentes afectan el desarrollo del país, es estrecha, peligrosa y cara; (b) la educación superior gratuita está limitada a menos de un cuarto (257.000 estudiantes) de los potenciales candidatos (1.162302); (c) aproximadamente el 50 % del territorio en manos del Estado tiene una escasa utilización; (d) con una costa de más de 4.000 kilómetros y casi 60.000 buzos y pescadores artesanales, casi no consumimos alimentos del mar; (e) la basura es un problema nacional y lo mismo ocurre con la salud, las pensiones, la sindicalización o la inseguridad, desarrollo tecnológico e innovación, etc. Y no se sabe cuándo se aplicarán las acciones coherentes tendientes al desarrollo del país, porque parece anticultural amarrarse con objetivos a cumplir, en, por ejemplo, 10, 20 o 50 años más.
Por ejemplo, en la reciente reforma de la educación, esfuerzo muy necesario, no sabemos que se haya hecho el avalúo de su proyección de costos y de beneficios en sus primeros 10, 20 o 30 años, que se hayan establecidos los objetivos que se deberían cumplir y la rentabilidad social y económica de la misma. Y si alguien lo hizo y no incluyó el concepto de “calidad de la educación” sus resultados debieran ser de poquísimo valor, y todo por ahorrar frente a una inversión tan cuantiosa (por nadie identificada), en un terreno como la educación, que en el mundo desarrollado está en vías de enormes transformaciones.
Y, así, suma y sigue mas parece que a muchos acomoda la falta de un objetivo país principal de largo plazo y los correspondientes objetivos para los sectores claves: conducta común y natural en países subdesarrollados.
¿CUÁLES SON LOS BENEFICIOS DE TENER UNA ESTRATEGIA PAÍS?: ANTICIPAR O IMPROVISAR.
Hay varios países que se han desarrollado de manera sobresaliente porque hicieron algunas acciones relacionadas con diseñar una forma de evolución futura, con las dificultades del caso, y que con el tiempo lograron transformar sus economías y sus formas de vida de manera substancial. Estamos conscientes que el desarrollo que la población nacional espera es mucho más que montos de del PIB anual o del ingreso per cápita, pero esos indicadores tienen la gracia de que son medidas de uso internacional que facilitan comparar, entre países, los avances en materia de desarrollo económico. Además, de que gracias al uso eficiente y efectivo de esos recursos que se crean es que se pueden financiar muchos de los indispensables servicios sociales que son tan requeridos ahora y que lo serán, probablemente, mucho más en las próximas décadas.
Por ejemplo, países tan variados como Corea del Sur, Irlanda, China, Islandia y Singapur han crecido en sus economías de manera muy superior a otros y la han hecho porque se propusieron llegar a esos niveles, y no fue el resultado de eventos incontrolables, como el alto precio de alguna materia prima, o la disponibilidad de recursos escaso y de alta demanda. Fue mucho más que eso. Eligieron una palanca principal y otras relacionadas que, si crecían y se mantenían en el tiempo, independiente de los gobiernos, de las coaliciones o de las crisis, deberían llevar al país a su desarrollo. Esta es la base pivotal de una estrategia que aparentemente ha faltado que sea sostenible en nuestro país.
Con una visión amplia se puede comprender que, de 199 países, reconocidos por la página web “datosmacro.com”, sólo hay 29 (15%) que tienen un “PIB per cápita” (PPC) que sobrepasan los 30 mil euros anuales, o sea, son países desarrollado, y entre ellos hay sólo dos que son productores de materias primas, y en esos casos es el petróleo. Y, por otra parte, no se encuentra países “desarrollados” que tengan un PPC de país “subdesarrollado”.
Omar Villanueva Olmedo
Director OLIBAR Consultores Lic. Ing. FEN Universidad de Chile