Proceso se realiza en el conjunto habitacional Guañacagua III, donde ya fueron erradicadas las familias que habitaban en ese sector.
Un 77 por ciento de avance registra el proceso de demolición de las 473 casas del conjunto habitacional Guañacagua III, que ya se encuentra en su etapa final y en donde la semana pasada se erradicó a la última familia que habitaba en el sector.
Según lo señaló el Seremi de Vivienda, Giancarlo Baltolu, está finalizando un proceso que ha sido bastante complejo, «pero que nos ha permitido evitar tomas y otras situaciones que se podrían haber generado en una erradicación de este tipo”.
Dijo que “como Estado no podíamos dejar de hacer esta acción, porque en definitiva las familias corrían peligro en sus viviendas”.
A la vez, informó de la instalación de válvulas sectorizadoras en la red de agua potable pública con el fin de evitar las fugas de aguas en el sector. También se hicieron gestiones con la empresa sanitaria para responder a problemas de cobros del suministro que han denunciado algunas familias trasladadas a las nuevas viviendas.
PROCESO
Una inversión superior a los 1.500 millones de pesos permitió trasladar a las familias afectadas, además de demoler el sector donde se emplazaban las antiguas viviendas.
De acuerdo a la planificación, a la fecha se han realizado las siguientes acciones: inhabilitar la zona a través de cortes de servicios básicos, el cierre provisorio por sitio, desarme, retiro y traslado de elementos livianos (cubiertas con asbesto cemento, puertas, ventanas, tabiques ligeros, escalas, artefactos de baños y cocina). Para posteriormente desratizar y dar paso a los trabajos de demoliciones (cierres, muros, losas, radieres, tabiques interiores).
En tanto, que tras los trabajos de demolición en cada manzana, se instalará un cierre, iniciando una serie de obras complementarias destinadas a seguridad y vigilancia, como también limpieza y emparejamiento del terreno.
ANTECEDENTES
El Conjunto Habitacional Guañacagua III, compuesto por 473 viviendas, se construyó entre los años 1995 y 1998. Con el paso del tiempo estas construcciones presentaron distintos tipos de daños como fisuras, grietas, asentamiento del suelo, fugas en las redes húmedas, entre otros; situación que motivó una serie de evaluaciones e informes técnicos que indicaron causas y metodologías de reparación, determinando su origen en el socavamiento de suelos salinos, lo cual se acrecentó con los terremotos de abril del año 2014, provocando la generación de un plan de relocalización a terrenos aledaños situados en el sector «El Alto», concretándose con la nueva Villa Altos del Mar.