Hace algunos días el Presidente de República visitó la Región de Arica y Parinacota, para ratificar la construcción de una de las obras de infraestructura hídrica más importantes de las últimas décadas. El entubamiento del Canal de Azapa habla del compromiso del Gobierno por generar obras que cuiden el recurso hídrico disponible, logrando de paso energía limpia y permitiendo un sistema de distribución eficaz que permita aprovechar todas las ventajas productivas y agroclimáticas con las que cuenta la región.
Esta obra no se trata de una inversión aislada sino que forma parte de una de las diecisiete iniciativas contenidas en el plan hídrico regional, impulsado por el propio Presidente, por la máxima autoridad regional, los Ministerios de Agricultura y Obras Públicas y la comunidad organizada de regantes y agricultores.
De esta forma se avanza con esta obra y otras, como los estudios de calificacción ambiental de los embalses Chironta y Livilcar, más los estudios de prefactibilidad del embalse Umirpa para el Valle de Codpa, proyecto que me tocó entregar a su junta de vigilancia hace sólo unos días, con una agenda ambiciosa y nunca antes vista, una hoja de ruta que orientará la inversión regional en este ámbito y que fija las pautas de los desafíos que esta región debe enfrentar los próximos años.
Los gobiernos deben aportar al desarrollo de los países pensando en las urgencias, pero nunca perdiendo de vista el mediano y largo plazo. Pues bien, eso es lo que se ha hecho en materia hídrica regional al contar con este plan, de amplia aceptación, y que se transforma en una tarea para ser asumida por las autoridades futuras sin importar los ciclos electorales.
La agricultura de la región aporta cifras importantes en el empleo regional, con un significativo 11% de la ocupación y tiene un promisorio futuro si es que se mejora la infraestructura de riego para el embalsamiento y la distribución del recurso, y si seguimos avanzando para mejorar la calidad de agua frente a algunos contaminantes minerales que limitan las opciones productivas y se consolidan las técnicas de uso eficiente del agua con riego tecnificado intrapredial. Todo esto sin olvidar la necesidad de contar con organizaciones de usuarios representativas, de fuerte liderazgo, que hagan y promuevan un uso sustentable de los recursos hídricos, integrando tanto la oferta superficial, como la subterránea e incorporando a todos los usuarios (agricultores, sanitarias, mineros, etc), sin excepción.
El Estado necesita de la organización y de la adecuada contraparte privada para abordar estos desafíos y por eso es que nuestro Ministerio no ha dejado de impulsar, apoyar y promover la constitución y buen funcionamiento de las comunidades de usuarios y juntas de vigilancia, para que se respete el uso del derecho de aprovechamiento por quienes son sus legítimos titulares.
Debo señalar que las cifras de inversión de nuestro Ministerio en estos años hablan del fuerte compromiso que asumimos con el desarrollo del sector en la Región de Arica y Parinacota. Como ejemplo menciono que los recursos de la Comisión Nacional de Riego destinados por la Ley de Riego aumentaron en más de un 600% respecto al 2009, mientras que el número de usuarios atendidos por los programas de INDAP se ha incrementado en un importante 63%.
Lo anterior, junto al gran aporte del sector privado ha permitido que el sector agrícola también contribuya a la generación de un dinamismo económico local que ha vuelto a poner de pie a la economía regional, generando empleo, bienestar y mejores oportunidades para las familias de chilenos que habitan en el norte de nuestro país.
Alvaro Cruzat
Subsecretario de Agricultura