Logra evitar efectos nocivos durante el parto, previniendo daños provocados por asfixia perinatal.
La asfixia durante el parto es un evento que pone en riesgo la sobrevida del niño, y puede tener consecuencias negativas en etapas tempranas o tardías del desarrollo del sistema nervioso central. De acuerdo a estadísticas mundiales, este problema afecta a más de dos personas, por cada mil nacidos. Con el fin de prevenir estas dificultades, el Dr. Mario Herrera-Marschitz, del Instituto Milenio de Neurociencia Biomédica –BNI- y su equipo investigador, están desarrollando un posible tratamiento para evitar las consecuencias por la falta o interrupción de oxígeno al momento de nacer.
Se trata del uso de nicotinamida o vitamina B3, cuyo empleo ha demostrado eficacia en modelos celulares y animales . Según explicó el experto, esta sustancia ayuda a frenar una serie de problemas metabólicos, logrando impedir daños posteriores que, según el grado, producen secuelas a nivel motor, psíquico y cognitivo.
“La asfixia perinatal afecta a humanos, y se ha comprobado que puede resultar en trastornos severos tales como parálisis cerebral y epilepsia, pero también en otros más sutiles, como esquizofrenia, déficit de atención y/o hiperactividad, o menor rendimiento intelectual. Estos problemas, se pueden manifestar en diferentes etapas de la vida. De hecho, se ha demostrado que niños asfícticos presentan un coeficiente intelectual (CI) inferior al de niños con parto normal. No obstante, los efectos son observan por primera vez solo cuando el niño empieza la escuela”, explica el Dr. Herrera-Marschitz.
Los estudios en BNI, que llevan más de una década, cuentan además, con la participación de los Dres. Diego Bustamante, Paola Morales y varios estudiantes de doctorado, tales como: Tania Neira, Edgardo Rojas, Valentina Muñoz, Ronald Pérez entre otros profesionales y estudiantes.
EL PRIMER GRITO
El momento del parto es fundamental en todo ser humano y representa, tal vez, el cambio fisiológico más importante a lo largo del desarrollo. En un período reducido, el niño debe iniciar una respiración independiente de su madre, utilizando por primera vez sus propios pulmones para tomar oxígeno y eliminar anhídrido. En ese contexto, señala Mario Herrera M., el primer grito es vital, ya que “representa su primera bocanada de aire, y el inicio de la función de los pulmones, que solo se interrumpe con la muerte”.
Sin embargo, cuando este grito se retrasa o se suspende, baja la disponibilidad de oxígeno, alterando el metabolismo oxidativo, lo que produce un déficit energético. “Mientras más dura el período sin oxigenación, mayor es el insulto, en particular, al sistema nervioso central, ya que de todos los órganos, es el que más consume oxígeno”, señala el especialista. De hecho, si la asfixia persiste demasiado, y no se logra reiniciar la respiración, el recién nacido fallece.
La asfixia perinatal puede manifestarse en partos y condiciones normales de gestación, por muchas causas asociadas. Una de ellas es la hipoxia prenatal, incluyendo pre-eclampsia –donde hay reducción del oxígeno a nivel intrauterino-. También, la comprensión del cordón umbilical durante el parto, o dificultades durante la salida de la cavidad vaginal, entre otros.
INVESTIGACIÇON EN ANIMALED
El laboratorio, que dirige el Dr. Herrera-Marschitz, explora las consecuencias a corto y largo plazo de la asfixia y el posible efecto neuroprotector de un conjunto de fármacos y otras intervenciones terapéuticas. Los efectos se comparan con los de nicotinamida (vitamina B3), optimizando los esquemas de tratamiento (dosis, inicio, duración), y tratando de determinar una acción personalizada, dependiendo de la severidad del daño.
El bioquímico Diego Bustamente, quien está a cargo del modelo experimental –en ratas- , explica el método: “Como conocemos los blancos moleculares, neurotransmisores y neurocircuitos afectados, buscamos fármacos que actúen a distintos niveles, desde la expresión génica hasta la síntesis y recambio de proteínas y neurotransmisores claves. Para ello, primero evaluamos la gravedad de la condición asfíctica en la rata, controlando parámetros, también observables en seres humanos. Y luego, definimos un esquema de tratamiento. Particularmente, hemos estudiado una proteína centinela, la poly(ADP-ribose) polimerasa (PARP-1), que al ser sobre activada en la etapa de re-oxigenación, aumenta la crisis energética desencadenada por la asfixia”.
En este contexto, ya existen nuevos adelantos gracias a los estudios de Tania Neira, quien durante su tesis doctoral, descubrió que la asfixia produce un aumento selectivo y regional de la actividad de una enzima llamada PARP-1, junto con activación de señales pro inflamatorias en el cerebro. Ante ello, la propuesta es sugerir el uso de medicamentos antiinflamatorios como potenciales agentes terapéuticos.
EL DESARROLLO CEREBRAL
El Dr. Diego Bustamante explica que los aportes biomédicos de esta línea de investigación son vitales y que ya existe interés en profesionales médicos y neonatólogos de la Universidad de Chile y Hospital Roberto del Río, por ensayar los efectos benéficos de estos fármacos en la clínica. No obstante, aún deben aprobarse una serie de protocolos.
Asimismo, señala que a través de estos avances se hace un gran aporte a la comunidad mundial, ya que la asfixia, es un problema que afecta no sólo las primeras etapas de la vida, sino también fases posteriores del desarrollo. “Por tanto, frenar cualquier alteración que interrumpa este círculo vicioso ascendente del desarrollo, permite mejorar las futuras expectativas del individuo. El objetivo es administrar fármacos protectores al recién nacido para frenar estas turbulencias en los momentos críticos”, comenta el bioquímico.
EL TREN DE LA CIENCIA
Fue a partir del año 2003 que los expertos empezaron a publicar los resultados de sus hallazgos con nicotinamida, y desde entonces, no se han detenido en la tarea de abrir camino a nuevas alternativas terapéuticas. “No somos los únicos que estudiamos la asfixia, pues hay un conjunto de laboratorios en el mundo que también se preocupan de este fenómeno. Este tren es muy diverso, y nosotros nos subimos a un carro más de este gran equipo, mediante el cual, esperamos seguir aportando nuestro grano de arena”, concluye Bustamante.
En esa línea, el equipo del Dr. Mario Herrera-Marschitz también está analizando la directa relación entre trastornos asfícticos y adicciones, junto con los Dres. Yedy Israel, María Elena Quintanilla y Mario Rivera. Estos estudios, se enfocan en el impacto del consumo de alcohol de la madre durante la preñez.
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