Este fin de semana comenzará a regir el horario de verano, por lo que los relojes deberán adelantarse en la medianoche de este sábado 04 de septiembre 60 minutos. O sea, cuando sean las 00:00 horas del domingo. En esa línea, el cambio significará que oscurecerá más tarde, provocando la sensación de que el día dura más.
Los principales efectos en la salud están relacionados con el sistema nervioso, ya que el reloj biológico debe adaptarse a los nuevos cambios en la rutina, generando principalmente somnolencia, dificultad para concentrarse y menor productividad.
En esa línea, el Dr. Jorge Lasso, neurólogo del Hospital del Trabajador ACHS, explica que el reloj biológico del ser humano es de un poco más de 25 horas, pero una convención internacional establece ciclos de 24 horas, lo que obliga a nuestro organismo a ajustarse al reloj oficial todos los días, por lo que una forma de compensar esto es dormir más horas el fin de semana.
De esta forma, al producirse el cambio al horario de verano, el cuerpo se ve aún más afectado porque se pierde otra hora más, especialmente para aquellas personas que sufren de insomnio. “El cuerpo nota esta reducción y debe comenzar a adaptarse. En este período, las personas se sentirán más cansadas y con sueño durante los primeros días, porque nuestro reloj biológico se ajusta lentamente; este proceso puede durar hasta una semana”, explica el especialista.
Junto con esto, este cambio también podría afectar de forma importante a los trabajadores, quienes podrían experimentar una baja en la concentración y la productividad. Asimismo, los conductores pueden sentirse un poco más adormecidos; por ello deben tener mayor precaución para evitar potenciales accidentes.
Para lograr adaptarnos de mejor forma al cambio de horario y tener un buen dormir en cualquier época del año, el doctor Lasso recomienda mantener y respetar horarios fijos para ir a dormir y levantarse cada día; generar las condiciones para inducir el sueño, es decir, apagar cualquier fuente de iluminación directa (los dispositivos móviles, televisor, computadores, Tablet, etc.), cerrar las cortinas de la habitación y apagar la luz; comer liviano durante unas horas antes de disponerse a dormir y no dormir siestas. Además, es recomendables no consumir cualquier bebida que contenga un derivado de la cafeína y alcohol, por lo menos cuatro a cinco horas antes de ir a dormir.
La adaptación al nuevo horario se demorará menos de una semana, por lo que con las recomendaciones anteriores no deberían tener mayores problemas en la adaptación.