Las personas con VIH generalmente no tienen síntomas inmediatamente, por lo que pueden no saber que tienen el virus. Pueden pasar años hasta que tengas síntomas de VIH y el virus te haga sentir enfermo/a.
En general, los primeros síntomas del VIH se presentan dentro de un par de semanas a un mes después de la infección, y con frecuencia se parecen a un caso serio de gripe. En muchas personas, los signos y síntomas iniciales del VIH incluyen:
Fiebre
Dolor de cabeza
Fatiga
Ganglios linfáticos inflamados
Erupción
Dolor en las articulaciones o los músculos
Dolor de garganta
Estos síntomas iniciales del VIH se conocen como síndrome agudo retroviral o infección aguda por VIH, y son la respuesta natural del organismo. Los síntomas, si se presentan, generalmente desaparecen dentro de una semana a un mes, y con frecuencia se confunden con los de otra infección viral. Durante este período, podrás contagiar la infección con mucha facilidad. Los síntomas más graves o más persistentes de la infección por VIH quizás no aparezcan durante varios años después de la infección inicial.
Los síntomas que indican una infección inicial por VIH son muy comunes. Con frecuencia no se pueden distinguir de los de otra infección viral. Si te preocupa que puedas haber estado expuesto al VIH, habla con tu médico sobre las posibilidades de hacerte un análisis de detección.
Los síntomas del SIDA incluyen:
aftas (una capa espesa y blanca en tu lengua o boca)
infecciones por hongos fuertes
enfermedad pélvica inflamatoria crónica
tener infecciones fuertes muy seguido
sentir mucho cansancio, mareos y aturdimiento
perder mucho peso rápidamente
tener moretones con más facilidad de lo normal para ti
diarrea, fiebre o sudores nocturnos durante mucho tiempo
glándulas inflamadas o duras en tu garganta, axilas o ingle
episodios de tos seca y profunda
sensación de falta de aire
bultos o manchas color violeta o azul en tu piel o boca
sangrado de la boca, la nariz, el ano o la vagina
erupciones en la piel
sentir las manos o los pies dormidos, perder el control de tus músculos y reflejos, no poder moverte y perder fuerza en tus músculos.

(CONTINUARÁ)