Este inicio del 2022, sin duda, ha comenzado con una noticia largamente esperada por millones de chilenos: la aprobación en la Cámara de Diputados de la Pensión Garantizada Universal (PGU), y con los niveles de apoyo que tuvo en el mismo (tomando en cuenta la alta fragmentación en que hoy se encuentra), es sin duda una noticia alentadora y una muestra de los mínimos comunes que necesita este nuevo ciclo político en Chile.
Este importante incremento será con carga fiscal y administrado por el Instituto de Previsión Social, y no exige estar pensionado para recibirlo, por lo que incentiva el postergar la edad de jubilación y con eso aumentar los montos ahorrados. Se calcula que los beneficiarios son cerca de 2,3 millones de adultos mayores. Para recibirlo se deberá acreditar 65 años o más, estar dentro del 90% más vulnerable y haber vivido en Chile por al menos veinte años.
Si bien es cierto han existido legitimas dudas acerca del financiamiento del beneficio, debemos sentarnos a buscar el presupuesto que permita asegurar su permanencia en el tiempo, y con ello escuchar las demandas ciudadanas más sentidas que hemos podido recoger en estos tres intensos años de manifestación social. Como municipio y particularmente como alcalde, nos toca hacernos cargo de los problemas más urgentes de nuestros vecinos, y eso siempre con presupuestos muy por debajo de las necesidades de ellos. En este caso, nos es imposible socorrerlos con el sistema de pensiones, además excede nuestras facultades, lo que no nos ha impedido avanzar en otros beneficios que orgullosamente podemos contar, como nuestro centro de día o el transporte público gratuito que les otorgamos.
Sencillamente no podemos seguir avanzando en desarrollo y darle la espalda a quienes ayudaron a construirlo, entregar dignidad debe ser nuestra máxima a la hora de orientar los recursos y ejecutar las políticas públicas.
Claudio Segovia Cofré
Alcalde de Graneros