Actividad física, una dieta equilibrada, no fumar y realizar controles preventivos periódicos son algunos de los factores clave para tener una buena salud cardiovascular.
Las enfermedades cardiovasculares constituyen la principal causa de muerte a nivel mundial y Chile no es la excepción. Más de una cuarta parte de los decesos registrados en el país se deben a esta causa. En la misma línea, un 25,5% de la población se encuentra en la categoría de riesgo cardiovascular alto. Allí radica la importancia de la prevención y de impulsar cambios de hábitos que contribuyan a un mejor estado de salud.
Actualmente, los factores de riesgo cardiovascular más importantes están relacionados con el estilo de vida y hábitos poco saludables. Según revela la última Encuesta Nacional de Salud, en primer lugar destaca el sedentarismo (86,7%), luego el sobrepeso (39,8%) y en tercer lugar el tabaquismo activo (33,3%). Le sigue la hipertensión (27,6%), diabetes (12,3%) y el consumo riesgoso de alcohol (11,7%).
“Las afecciones más comunes ligadas al corazón son las enfermedades coronarias, es decir infartos o anginas de pecho, y también las del aparato de conducción eléctrica, principalmente arritmias o enfermedades que requieren marcapaso. La población chilena presenta una alta prevalencia dado a los factores de riesgo y el estilo de vida occidentalizado. Solo basta mirar las estadísticas: el 86,7% de los chilenos es sedentario y un 74,2% de la población adulta sufre de sobrepeso u obesidad. Además, hoy está siendo más frecuente ver pacientes infartados, cada vez más jóvenes y obesos”, aseguró el Dr. Fernando Lucero, cardiocirujano y Jefe del Departamento de Enfermedades Cardiovasculares de Clínicas RedSalud.
Para disminuir la prevalencia en nuestro país, el especialista señala que “es importante mantener controlados los factores de riesgo modificables, que se refiere a todos aquellos hábitos y prácticas nocivas para la salud del corazón, pero que se pueden cambiar con fuerza de voluntad y constancia. Al reducir o eliminar la exposición a estos riesgos, disminuye la posibilidad de enfermedad, de una discapacidad e incluso de una muerte prematura.”
CONSEJOS PARA MANTENER LA SALUD DE TU COFRAZÓN
Una de las estrategias más recomendadas para prevenir enfermedades cardiovasculares es realizar actividad física de manera regular. La sugerencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para adultos entre 18 y 65 años es realizar actividades físicas aeróbicas, con intensidad moderada, durante al menos 150 minutos a la semana.
“Desde el punto de vista metabólico, se ha demostrado que la práctica de ejercicio regular tiene una serie de beneficios. Disminuye los niveles de triglicéridos; regula los niveles de colesterol; contribuye a bajar la presión arterial; mejora el metabolismo y la sensibilidad de la insulina, entre otros”, comenta el Dr. Lucero.
La nutrición también juega un papel fundamental en el estado de salud del corazón. “El consumo de alimentos con niveles elevados de sodio y azúcares conducen al desarrollo de enfermedades tales como la hipertensión arterial o la diabetes, que se relacionan de manera directa con la aparición de enfermedades cardiovasculares. En este contexto, la recomendación es mantener una dieta equilibrada, variada y saludable, consumir frutas y verduras, disminuir las grasas saturadas, azúcares refinados, sodio y abandonar hábitos como el alcohol y el cigarrillo”, precisa.
El Dr. Lucero agrega que, según datos de la OMS, “el 80% de las muertes prematuras por enfermedades cardiovasculares se podrían evitar cambiando nuestros hábitos de alimentación por una dieta equilibrada y realizar actividad física constante. Por lo mismo, no debemos esperar hasta tener un problema cardiaco, sino que desde edades tempranas fomentar hábitos saludables en forma permanente”.
Una buena salud cardiovascular se basa también en chequeos periódicos que permitan prevenir y detectar una patología. “Al menos una vez al año es importante que los pacientes se realicen controles preventivos de la presión arterial, colesterol y glucosa, especialmente después de los 40 años o antes en caso de factores de riesgo y antecedentes familiares. Además, existen estudios genéticos que hoy en día podemos hacer a aquellos familiares directos de pacientes con enfermedades cardíacas y que ayudan a prevenir o detectar algún problema y así poder actuar antes de que ocurra la enfermedad”, especifica el Jefe del Departamento de Enfermedades Cardiovasculares de Clínicas RedSalud.
Las opciones de tratamiento varían dependiendo del tipo de enfermedad cardíaca y su gravedad. Además de generar cambios en el estilo de vida, las alternativas apuntan a tomar medicamentos y someterse a procedimientos como angioplastias de arterias coronarias enfermas, cirugía de bypass aorto-coronario o de reparación/recambio de las válvulas cardíacas enfermas.