En los próximos días el Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmará la Ley que acepta la existencia de los Objetos Voladores no Identificados, llamados ahora Objetos Transmedios, denominación que los ubica como objetos que pueden navegar en el espacio exterior, en la atmósfera terrestre o bajo el mar, o sea, con tecnología no humana.
Finalmente, el Gobierno de EE.UU.- el Congreso y el Pentágono- están reconociendo que hay una tecnología en la Tierra que no es de nuestro planeta.
Los UFOs (objetos volantes no identificados) pasarán a llamarse ahora “unidentified aerospace-undersea phenomena” (fenómenos aeroespaciales-marinos no identificados) que también incluyen los objetos ‘transmedium’ que, según el Pentágono, son los que pueden transitar entre el espacio y la atmósfera o entre la atmósfera y las masas de agua”. Además, los legisladores añaden que las amenazas de estos objetos ‘transmedia’ a la seguridad nacional de EEUU “se están expandiendo exponencialmente”.
El documento excluye de esta definición el término ‘man-made’, objetos fabricados por el hombre como aeronaves no identificadas, globos, satélites o drones. Y señala que “los objetos temporales no atribuidos, o los que se identifiquen positivamente como de origen humano tras su análisis, se pasarán a las oficinas correspondientes y no se considerarán bajo la definición como fenómenos aeroespaciales-submarinos no identificados”. Por lo que la nueva All-domain Anomaly Resolution Office (AARO), la oficina que ha creado el Pentágono para investigar estas amenazas, solo se dedicará a estudiar los objetos que sean de origen extraterrestre.
En estos últimos años, los ovnis han pasado de ser un tema solo para iluminados con sombreros de papel albal a un asunto que preocupa abiertamente al gobierno estadounidense y a sus científicos. Expresidentes de los EEUU como Barack Obama o Bill Clinton, que todavía reciben informes de inteligencia sobre temas sensibles para el estado, han tomado una postura seria y factual cuando hablan de estos fenómenos y, aunque tampoco admiten su existencia, si creen que son cuestiones legítimas e inciden en la importancia de su estudio.
AARO, la nueva oficina del Pentágono, se creó después que el New York Times publicara una serie de vídeos tomados desde aviones de combate que mostraban encuentros de los pilotos con este tipo de objetos. Después de que estas evidencias salieran a la luz, un informe intergubernamental publicado el año pasado, pedía recabar todos los datos recogidos por las distintas agencias estatales con el objetivo de esclarecer el origen de estos fenómenos.