En el 2017 la primera Ministra de la Mujer, hoy Senadora Claudia Pascual, presentó la iniciativa para la Ley Integral contra la violencia hacia las mujeres, demanda de larga data que surge de la lucha de las mujeres organizadas por una vida libre de la violencia estructural de género en nuestro país. Diálogos, manifestaciones, iniciativas, todo fue fraguando lo que el pasado 6 de marzo, tras siete años de tramitación, el Congreso Nacional aprobó de manera transversal. Sin duda esto es un paso importante que reviste carácter histórico para el avance en la erradicación de todas las formas de violencia contra las mujeres en Chile.
La Ley en términos amplios, establece un marco normativo para “Abordar la prevención, la sanción y la erradicación de la violencia de género y para ello ley define el concepto de violencia de género y sus distintas expresiones, como, por ej. física, psicológica, sexual, económica, gineco-obstétrica, entre otras. Desde un enfoque preventivo, el objetivo es propiciar la elaboración e implementación de planes, programas y protocolos para su prevención.”
La ley contempla un artículo que el sector más conservador de la derecha en la Cámara de Diputados, incluido el Diputado de Arica José Lee Flores, ha tomado para impugnarla ante el Tribunal Constitucional. Es el artículo 12 del proyecto que establece que “los establecimientos educacionales reconocidos por el Estado deberán promover una educación no sexista y con igualdad de género”, argumentando que vulnera el derecho preferente de los padres a educar a sus hijos/as y que vulnera tratados internacionales. La ignorancia raya en lo absurdo, sólo como ejemplo podemos citar la Convención de Belém Do Pará, instrumento internacional suscrito y ratificado por Chile desde 1996 que contempla dentro de las obligaciones a los Estados parte, “a fomentar y apoyar programas de educación que difundan los aspectos de la violencia contra las mujeres.”
Impugnar este artículo por parte de la derecha deja una vez más en evidencia que no les importa la seguridad de las mujeres ni las niñas, puesto que el sexismo en la educación chilena es una realidad, y como señala la Red Chilena Contra la Violencia en su libro Educación No Sexista, Hacia Una Transformación Real, “ocupa un lugar central en el continuo de violencia machista…” pues la formación sexista educa desde los estereotipos, desde la desigualdad y la discriminación en razón del género y se materializa en distintas formas de violencia hacia las mujeres y las niñas sin excepción. Por lo tanto, la educación no sexista y con igualdad de género es una herramienta positiva y concreta para abordar la prevención y la erradicación de la violencia contra las mujeres.
Resulta vergonzoso conocer esta nueva afrenta en contra de la seguridad de las mujeres y las niñas por parte de un sector que ni contribuye ni permite avanzar en lo que es una urgencia impostergable para nuestra sociedad, pero que ante los medios de comunicación la usan como plataforma para aparentar su preocupación por lo que hoy nos están negando.
Como mujeres organizadas repudiamos esta impugnación y nos declaramos en alerta porque defenderemos nuestro derecho a alcanzar una vida libre de violencias en cualquier parte del territorio. Sólo con una vida libre de violencias avanzamos en democracia, quienes así no lo entiendan, no merecen ocupar espacios en los que el país los ha puesto como servidores/a públicos/as.
CAROLINA VIDELA OSORIO
Presidenta Mujeres, Memoria y Derechos Hunmanos
ARICA
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