El senador José Miguel Durana (UDI) manifestó que “el mayor problema hoy día se enmarca en la seguridad y la migración irregular. El crimen organizado está en nuestra región. Éramos una de las regiones más tranquilas del país y, obviamente, que nos ha alterado el diario vivir”.
El parlamentario argumentó que las medidas que se han tomado para reforzar el control fronterizo han sido insuficientes y “que más allá de las Fuerzas Armadas y la infraestructura crítica, lamentablemente siguen entrando migrantes irregulares. Y vemos que esta condición de control biométrico para lo único que sirve es para que el día de mañana estas personas (ilegales) se puedan regularizar”.
En este contexto, destacó que el Gobierno Regional también adquirió el Sistema Automatizado de Identificación Biométrica (ABIS por sus siglas en inglés) con una cuantiosa inversión para que la PDI pueda fortalecer su control migratorio en la zona y hacer frente a la crisis que vive el norte de Chile. “Pero ¿qué hacemos con este migrante que una vez reconocido se queda en la región, si el gobierno central tiene la voluntad política para que se regularicen?”.
En esa línea, el legislador afirmó que producto de la inseguridad que aqueja a la región existe una situación difícil, desde el punto de vista económico, señalando que “los principales empleadores de la región son del mundo público ya que no hay mayor inversión privada y la Estrategia de Desarrollo Regional no ha estado funcionando en torno a generar más y mejores empleos”.
Por lo mismo, el senador Durana advirtió que, si la inversión privada está frenada en Arica y Parinacota y el presupuesto fiscal es acotado y menor respecto de las demás regiones, “un alto flujo migratorio colapsa necesidades básicas como son, entre otras, la salud, vivienda y educación, situación que se va repitiendo en toda la macrozona norte del país”.
SOCAVONES
Desde el punto de vista social, el parlamentario dijo que cada día son más las familias afectadas por los socavones, tanto en el sector sur y norte de Arica, cuyas viviendas que adquirieron con tanto esfuerzo por hacer realidad el sueño de la casa propia, fueron construidas en suelos salinos y hoy comienzan a transformarse en un verdadero dolor de cabeza de compleja solución.