SANTUARIO DE LIVILCAR (Marcelo Aguilar) Emotivos momentos son los que vivieron miles de fieles de Arica, Parinacota y Tacna, junto a los 24 bailes promesantes, en la explanada y templo del Santuario de Livilcar, altos de Azapa, tanto en la misa de vísperas como en la coronación de La Virgen de Las Peñas el pasado fin de semana, en la denominada fiesta grande.
Nuevamente, sorteando temperaturas oscilantes, de día, tarde y noche, cruzando puentes, saltando piedras, osadamente pasar por la pampa El Coyote, conteniendo la respiración para subir el caracol, o sometiéndose al río una y otra vez, llegaron los devotos para estar junto a ella.

Por un lado, ser parte del oficio religioso concelebrado por el Obispo de Arica, Monseñor Moises Atisha, junto al clero diocesano, y que a poco de la medianoche del pasado sábado, juntos a los feligreses contaron los minutos para festejar y cantar el cumpleaños feliz ante la imagen de la madre de Dios.
Papel picado y matracas al aire fueron parte de la algarabía manifiesta de los bailarines y músicos, a la que se sumaron los fieles que quisieron estar en ese particular momento, para danzar al compás de cargadores que portaban la imagen en sus hombros.
Luego, el silencio y expectación, para proceder desde el acceso al templo y de mano en mano, en especial de niños integrantes de los bailes promesantes, portar la especial corona que fue colocada en la imagen pétrea, simbolizando con ello el reconocimiento a la reina y madre en su día.
Tras el ceremonial, se sucedieron una y otra vez los saludos del alba de cada uno de los bailes, hasta el inicio de los oficios religiosos del pasado domingo.
“Dos días intensos, han culminado en esta misa de vísperas y coronación de la Virgen del Rosario de Las Peñas, en que cada uno de ellos, bailes y bandas de bronce, al igual que los miles de peregrinos que han llegado a este santuario, han expresado el afecto y cariño hacia ella y, por sobretodo, hacer llegar por su intersección al Señor Jesús, sus gozos, ilusiones y esperanzas que se han ido guardando en el corazón para que ella nos pueda seguir acompañando durante el año”, expresó Monseñor Atisha.

Quienes fueron parte de este hermoso fin de semana en el Santuario de Livilcar, en el retorno a sus lugares de origen, recordarán cada uno de esos bellos pasajes de ambas ceremonias, al igual que los compromisos asumidos, reforzados por ese bellísimo recorrido, de 14 kilómetros, impregnados en ese espíritu de haber vivido y celebrado en el nuevo aniversario de la Virgen del Rosario de Las Peñas, a la que esperan volver a ver.