Comienza el cuarto año de gobierno del Presidente Gabriel Boric, un mandato marcado por aciertos y desaciertos no forzados. Posiblemente, el gobierno ha llevado a cabo acciones y proyectos relevantes; sin embargo, su incapacidad para transmitirlo eficazmente y su debilidad para enfrentar los conflictos de manera proactiva, han provocado una caída en la percepción ciudadana; a pesar de ello, hay elementos destacables en estos tres años, que son reformas de gran impacto social pero que tendrán una trascendencia en el largo plazo.
Entre ellos, vale la pena destacar la Ley de las 40 horas laborales, que se implementará completamente en 2027, y la reforma previsional, que también requerirá varios años para su plena ejecución. Además del reajuste al ingreso mínimo, la Ley de Conciliación Familiar y la Ley Karin; frente a ello y de cara al último año de gestión, resulta fundamental capitalizar los logros y avanzar en las propuestas planteadas en el plan de gobierno.
En esa línea, no es un misterio que los principales desafíos para lo que queda de Gobierno están centrados en seguridad, migración y crecimiento económico. La creciente percepción de inseguridad de la ciudadanía, el control migratorio y resguardo de nuestras fronteras, y el impulso del desarrollo económico, asociados a menor inflación y mayor crecimiento, serán los tres ejes que deberán reforzarse en este período. Aunque se han registrado avances en estos ámbitos, siguen siendo los principales problemas que enfrentan transversalmente a la población y que debieran ocupar al Presidente Boric.
¿Cómo abordarlos? Se requiere de un trabajo conjunto, no sólo del gobierno sino también en coordinación con la oposición. Al no haber mayorías, se hace extremadamente necesario avanzar en acuerdos de parte importante de la clase política; en ese sentido, quizás ha llegado el momento de buscar acuerdos transversales que permitan avanzar de manera más efectiva, como sucedió con la reforma de pensiones. Avanzar en estos temas ahora no es menor y será fundamental para el gobierno que asuma el 11 de marzo de 2026, logrando heredar un país con mayor estabilidad en estos frentes.
Hay iniciativas que, aunque validas y planteadas en la anterior campaña presidencial, difícilmente verán la luz este 2025, como son la ley de aborto libre y la ley de eutanasia. Si bien son debates relevantes para la actual administración, insistir en ellos, cuando el escenario es a todas luces desfavorable, es improcedente.
Sin embargo, hay otros proyectos que sí se ven como necesarios y que podrían ser de gran repercusión ciudadana, como es el caso de la ley de Sala Cuna Universal, y la reforma al sistema político. Puede que no sea tan vistoso, pero su efecto en el desarrollo de leyes y la consiguiente búsqueda de acuerdos hace que modernizar nuestro actual sistema se haga estratégico y necesario, sobre todo para quienes sean posteriormente gobierno.
Es claro que este año el foco estará puesto en las próximas elecciones presidenciales: entre las primarias, los comicios generales de noviembre y la segunda vuelta presidencial, el protagonismo del gobierno disminuirá considerablemente; siendo así, el gran desafío de La Moneda debiera ser lograr visibilizar sus avances y acciones en la gestión gubernamental para dar un cierre adecuado al mandato del Presidente Boric.
Felipe Vergara Maldonado
Analista político
Universidad Andrés Bello



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