Una nueva tragedia enlutó la carretera 11-CH, comúnmente conocida como “carretera Arica a Tambo Quemado”.
Como otras veces, las responsabilidades posiblemente serán achacadas a fallas humanas, puesto que parece evidente la impericia del conductor, a la que se agregaría el manejo temerario en una ruta de la que desconocía las vicisitudes del trazado.
A estas circunstancias deberían agregarse las fallas técnicas del vehículo, de las que, según sus ocupantes, se percataron por situaciones que les llamaron la atención “por lo anormales”, lo que los hace sospechar que la máquina no estaba en óptimas condiciones. En todo caso, ellas deberán ser determinadas por los peritos, puesto que, en situaciones como esta, no parecen ser los afectados, aún en estado de schock por la tragedia vivida, los más calificados ni los más objetivos para formarse un juicio definitivo sobre esta materia.
No obstante lo anterior, es irrefutable el pésimo estado en que se encontraban los neumáticos del vehículo siniestrado, situación mostrada en fotos de periódicos y en despachos de los canales de televisión de todo el país, también por los noticieros de TV de Bolivia y obviamente por las redes sociales.
Llama la atención que la Ley 18.290, Ley de Tránsito, establece explícitamente:
Artículo 69.- Los vehículos motorizados deberán estar equipados con neumáticos en buen estado. No podrán circular aquellos cuyos neumáticos tengan sus bandas de rodadura desgastadas o hayan perdido sus condiciones de adherencia al pavimento, ni con reparaciones que afecten la seguridad del tránsito.
En el “Complejo Fronterizo de Chungará”- como en todos los controles de acceso al país- existe, entre otros servicios públicos que cumplen las funciones de control y fiscalización que les son propias según la legislación vigente, una dotación de Carabineros de Chile, para cumplir con las funciones que establece la ley.
Entonces, parece obvio preguntarnos, ¿por qué ingresó al país un vehículo que, si se hubiera hecho la fiscalización pertinente, nunca debió hacerlo en las condiciones en que se encontraban sus “bandas de rodamiento”?. Esto, sin considerar si el vehículo contaba o no con la documentación que certificara el buen estado mecánico y de seguridad general del mismo.
A estas alturas, definir este punto, después de la investigación sumaria pertinente, es irrelevante pues el daño y el dolor inferido a las familias de los fallecidos es irreversible. Ninguna acción posterior a un hecho como el ocurrido redime a los responsables de una omisión o de una negligencia.
Pero eso no nos libera de la responsabilidad de hacer de la carretera “Arica a Tambo Quemado”, una carretera más segura, considerando que la geografía de nuestro altiplano es como es y aún en estas condiciones, el pueblo aymara la ha conquistado y ha transitado por montañas y quebradas desde las alturas hasta la costa por centenares de años.
Para que esta mayor seguridad sea posible, se podrían implementar algunas acciones como las siguientes:Lo primero, exigir que se efectúe efectivamente el control y la fiscalización de los conductores y de los vehículos que transitan, especialmente por esta carretera, dado su trazado y las fuertes pendientes que la caracterizan, lo que la hace particularmente exigente para las máquinas y sus choferes.
En segundo lugar, sugerir a los conductores que, cuando transitan hacia Arica desde el altiplano, deben hacerlo con el vehículo “enganchado”.
En tercer lugar, sería ideal instalar controles computarizados de velocidad, de modo que los vehículos no excedan los kilometrajes pre establecidos como “límites seguros” de desplazamiento.
En cuarto lugar, instalar letreros informativos en el complejo fronterizo y a lo largo de la carretera, sobre las precauciones para una conducción segura. Complementaria a esta acción, se entregarían permanentemente, tanto en el control fronterizo como en las localidades intermedias a lo largo de la carretera internacional, folletos con las características de la misma, indicando los tramos de ella que son particularmente peligrosos, conminando a los conductores a redoblar las precauciones y cuidados al conducir en ella.
Estas acciones de difusión y concientización, pueden parecer impracticables; sin embargo, todos hemos sido testigos que campañas como ésta en los pasos fronterizos las realizan otros organismos como el Servicio Agrícola y Ganadero, SAG, para el control de la mosca de la fruta, para el no ingreso de productos comestibles o de animales exóticos; el Servicio Nacional de Aduanas, también la policía civil, entonces ¿por qué Carabineros de Chile no podría hacer una campaña similar?
Finalmente, pensar que esta carretera no se volverá a teñir de sangre, no sería realista, sino solo un ferviente deseo bien intencionado. Pero si pensamos que, con una campaña como esta u otra en el mismo sentido, se pueden salvar vidas que podrían ser las nuestras, o las de amigos, o las de seres queridos, o la de cualquier ciudadano o ciudadana que, como nosotros, también tiene afectos y sueños por realizar, el costo de un proyecto semejante sería irrisorio.
Manuel Pinto
Ex Presidente PDC