Especialista está validando “bio-marcadores” que permitirán diagnosticar precozmente la insuficiencia cardíaca y generar terapias.
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Ayudar en el diagnóstico precoz y anticipado de la insuficiencia cardíaca, podría ser clave en el manejo terapéutico de esta enfermedad, caracterizada por una incapacidad del corazón para bombear suficiente sangre al organismo, lo que genera diversos daños en este órgano y una pérdida de su funcionalidad. En nuestro país, dicha afección -que aqueja a aproximadamente el 1% de la población adulta- forma parte de las llamadas enfermedades cardiovasculares, que hoy constituyen la primera causa de muerte en Chile y el mundo.
Alertados por esta realidad, investigadores chilenos del FONDAP Centro Avanzado de Enfermedades Crónicas, ACCDiS, están trabajando en la validación de nuevos biomarcadores, es decir, indicadores biológicos o huellas –entre los que se encuentran genes, proteínas y enzimas- cuya presencia en el organismo y sangre de una persona, puede ayudar a predecir tempranamente la aparición de una enfermedad –en este caso de tipo cardíaca-. Pero además, los científicos esperan descubrir mecanismos para reducir la expresión de algunos de estos indicadores, y comprobar si con ello, es posible prevenir o frenar el desarrollo de estos males, cuando aún no hay síntomas.
Estos marcadores biológicos son estudiados actualmente por el Dr. Pablo Castro, integrante del ACCDiS y jefe de la Unidad Coronaria del Hospital Clínico de la Universidad Católica, junto a un equipo de científicos y profesionales de la salud.
“Nos enfocamos en biomarcadores emergentes para la insuficiencia cardíaca, enfermedad que es altamente prevalente y ha ido aumentando en relación al envejecimiento de la población y la sobrevida de otras patologías. De esta manera, podemos considerarla como una epidemia creciente”, comenta el cardiólogo.
Los esfuerzos del investigador apuntan a lo que él denomina medicina del futuro. “Pensamos que, más adelante, tan solo tomando una muestra de sangre y teniendo un perfil de estos indicadores, se podrá predecir quienes serán candidatos a patologías cardiovasculares y prevenirlas, antes que el corazón modifique su estructura y función”, comenta.
LO CLÍNICO Y LO EXPERIMENTAL
Uno de los objetivos del equipo es analizar si estos marcadores sólo se asocian a la insuficiencia cardíaca o bien, si tienen un efecto patogénico directo, responsable de su aparición. En ese contexto, están analizando el rol de una proteína llamada Galectina 3, y otros reguladores de la expresión génica que podrían estar involucrados en los cambios morfológicos y metabólicos del corazón, especialmente a nivel de las mitocondrias, que es el sitio donde se produce la energía. Dicho análisis será vital, ya que una de las características propias de la insuficiencia cardíaca, es la hipertrofia del corazón, que involucra un aumento de su tamaño.
El Dr. Castro explica que se realizarán experimentos en cultivos de cardiomiocitos –células responsables de la función contráctil de corazón-, adicionándoles la Galectina 3 y modificando su efecto por inhibidores y midiendo la síntesis de diversas proteínas. “Con esto vamos a observar si el cardiomiocito cambia o se altera en su estructura o morfología, y qué sucede con la producción de energía por la mitocondria dentro de las células”.
Pero otro paso fundamental será estudiar si acaso es posible modular estos mediadores o marcadores como Galectina 3, que se relaciona con la fibrosis del corazón y con ello, evitar el desarrollo de insuficiencia cardíaca. Para estos fines, los investigadores de ACCDiS ya han creado un modelo experimental en ratas que simula la enfermedad en sus diferentes estadíos. “Este paso consiste en antagonizar la proteína con algunas moléculas específicas y ver si podemos revertir o disminuir la fibrosis y dilatación cardíaca”, explica.
Ambas investigaciones con la proteína podrían comprobar entonces, cuál es el verdadero rol de ésta en la patología, y cómo inhibirla para hacer de esto un nuevo blanco terapéutico. Otra opción que plantea el cardiólogo, es poder utilizar otros medicamentos que ya existen para la insuficiencia cardíaca, empleándolos antes que se generen los daños.
La tarea no termina en el ámbito experimental. Otro de los objetivos contempla los estudios clínicos, a través de un seguimiento poblacional a alrededor de diez mil habitantes de la ciudad de Molina, en el marco de un proyecto denominado MAUCO, también liderado por el ACCDiS. En el transcurso de diez años, los investigadores contarán con el acceso a muestras de sangre de adultos considerados sanos, para evaluar la posible aparición de biomarcadores, junto a estudios de imágenes del corazón y otros indicadores que serán medidos por intermedio de encuestas. Este seguimiento permitirá validar y caracterizar estos marcadores y factores de riesgo en la población chilena.