Así lo afirmaron la Seremi de Vivienda y el director del Serviu, frente a eventuales declaraciones en torno a las viviendas entregadas a familias afectadas por polimetales.
CASAS
La Seremi de Vivienda y Urbanismo, Gladys Acuña, y el director del Serviu, Juan Arcaya, afirmaron que “ninguna casa tiene daño estructural”, al referirse a eventuales declaraciones de disconformidad surgidas por parte de algunos propietarios en cuanto al estado de las casas entregadas, en el marco del Plan de Intervención que favorece con la relocalización a familias de la población Cerro Chuño afectadas por polimetales.
Ambas autoridades fueron tajantes en manifestar que ninguna de las 376 casas del sector Punta Norte presenta daños estructurales y que las pocas observaciones detectadas tanto por los inspectores técnicos de obra como por los dueños de las viviendas y los dirigentes, corresponden a casos aislados de terminaciones e instalaciones.
La seremi además señaló que la recepción de las mismas no solamente depende del Serviu como entidad ejecutora, sino también pasa por la Dirección de Obras Municipales.
En tanto, Juan Arcaya explicó que todo proyecto de construcción contempla un margen de error del 2%, sin embargo, en este caso los detalles son menores al uno por ciento, y que la sensación de los vecinos es más de conformidad.
“Ayer, después de haber realizado el proceso de entrega formal de las casas, con las actas correspondientes firmadas por parte de los propietarios, pudimos darnos cuenta que la mayoría de la gente está contenta, porque a pesar de todo, sabe que cuentan con una casa nueva, de buen estándar y libre de contaminación”, dijo el director del Serviu.
Arcaya agregó que “no obstante, el contrato de construcción cuenta con las garantías del caso. Como en todo proyecto inmobiliario, existe una etapa de postventa que respalda las observaciones levantadas en terreno, con el fin de darle curso a las reparaciones que sean necesarias. Por ley, existe un plazo de garantía de dos años para las terminaciones, cinco años para las instalaciones y 10 para la estructura”.
Por el momento, la empresa constructora a cargo del proyecto (Loga) tiene un equipo de postventa de 18 trabajadores a la espera de los requerimientos de los beneficiarios y de esta manera resolver las necesidades con prontitud.
Respecto del descontento existente en la población afectada, Gladys Acuña aclaró que no es un descontento propiamente tal en torno a las viviendas entregadas, sino “dice relación a la situación a la cual ellos se vieron afectados viviendo por tantos años en lugar contaminado por polimetales y que nosotros hemos asumido como gobierno”.